Conejo
La presente Orden tiene por objeto, de conformidad con lo establecido en el artículo 45 de la Ley 7/2003, de 12 de noviembre de Caza y Pesca Fluvial de la Región de Murcia, la declaración de Comarca de Emergencia Cinegética Temporal por conejos, en los términos municipales de Abanilla, Abarán, Albudeite, Alhama de Murcia, Blanca, Campos del Río, Cieza, Fortuna, Jumilla, Molina de Segura, Mula, Totana, San Javier, Ulea y Yecla, y el establecimiento de las medidas conducentes a reducir las poblaciones de conejo silvestre (Oryctolagus cuniculus) en estas zonas
Abundancia y tendencia en la Región de Murcia
El conejo de monte (Oryctolagus cuniculus) presenta mayores abundancias donde el substrato permite la construcción con facilidad de madrigueras, evitando las zonas calizas. En general, las bajas temperaturas y altas precipitaciones no le son apropiadas, prefiriendo climas cálidos y calurosos. La altitud le limita a partir de los 1.500 metros. El hábitat donde encuentra mayores abundancias es el matorral mediterráneo, especialmente si existen zonas cultivadas y el relieve es llano o medianamente ondulado. En las madrigueras suele haber 1-2 machos y 2-3 hembras, el área de campeo es de 1-2 hectáreas, oscilando de 0,2-7 ha con desplazamientos generalmente menores de 70 metros y una dispersión de 200-500 metros. Especie abundante en toda la mitad sur de la Región, aunque existen poblaciones más o menos densas por todo el territorio. La especie tiene una distribución contagiosa y sus efectivos pueden oscilar notablemente desde los 15 individuos/100 hectáreas, hasta los 80 ind/ha. Generalmente suelen hacer hasta 4-14 vivares/ha, y 100 letrinas/ha.
Existen 2 subespecies en España, la Oryctolagus cuniculus algirus en el cuadrante suroccidental y la Oryctolagus cuniculus cuniculus de mayor tamaño y se considera el origen de todas las razas domésticas de conejo, que es la que tenemos en la Región de Murcia.
La hembra puede estar en celo durante todo el año y el período reproductivo depende de la calidad y abundancia del pasto y de la temporada de las lluvias. En términos generales la reproducción suele acontecer entre septiembre y mayo (evitan junio a agosto por calor, en cambio en los climas fríos de marzo a octubre evitando noviembre a febrero por frío). Son polígamos, la gestación dura 30 días y paren de 3-7 crías. El número de camadas por hembra al año oscila entre 3-5. Así el número de gazapos producido por cada hembra oscila entre 10-25 generalmente. A los 4-9 meses se pueden reproducir. Por tanto, cuando son afectados por enfermedades se puede duplicar la población en un año, y sin enfermedades se pueden multiplicar por 5. Los máximos se producen en mayo y junio y la mixomatosis en el verano puede producir mortandades de hasta 50 % y la neumonía hemorrágica vírica puede producir mortandades de hasta el 60 %.
El aprovechamiento sostenible puede ser hasta el 66 % de población precaza. Las tasas de supervivencia anual son del 15-50 % para 0-3 meses de edad, 63 % para 4-8 meses y 85 % para adulto (mayores de un año). Se producen pérdidas anuales en madriguera del 40 %, en jóvenes del 60-70 % (1º al 5º mes) y anuales en adultos del 30 %.
La razón de sexos suele favorecer a las hembras con 0,63. Pueden llegar a vivir 8-10 años, pero lo general es que sobre el 8 % de los conejos alcanzan los 2 años de vida y menos del 1 % alcanzan los 3 años. Sirve de dieta a más de 40 especies de predadores, produciendo bajas importantes en la edad juvenil.
Tras la llegada de la mixomatosis, y posteriormente la neumonía hemorrágica vírica (NHV), la especie se redujo a niveles poblacionales mínimos y en la mayor parte del Noroeste y algunas zonas de Jumilla y algunas sierras, la especie no se ha recuperado. Por tanto, es la única especie, que puede tener el carácter de plaga y a una decena de kilómetros, ser muy reducida.
Las amenazas más importantes son:
- Sanitarias: enfermedades víricas como la mixomatosis presente desde 1953 cuando producía grandes mortalidades en la especie, actualmente cursa con una sintomatología más leve. La enfermedad hemorrágica vírica del conejo que apareció en 1988 también ha provocado grandes pérdidas de población y aunque su efecto se ha ido suavizando a lo largo de los años, la aparición de la nueva variante que se extendió por España desde 2011 ha provocado una gran mortalidad en especial sobre los gazapos.
- También pueden verse afectados por otras enfermedades como la sarna y especial relevancia, sobre todo por las implicaciones que tiene sobre la salud pública, son las parasitosis por garrapatas, muchas de ellas vectores de zoonosis tan graves como la enfermedad de Crimea-Congo. Si bien se ha detectado en conejos la presencia de garrapatas del género Hyaloma (vector de esta enfermedad) no se ha detectado hasta la fecha circulación del virus.
- Deterioro del hábitat.
- Presencia de predadores puede afectar a algunas poblaciones.
- Uso no autorizado de rodenticidas en cultivos agrícolas con la finalidad de paliar los daños que esta especie provoca en cultivos, con el riesgo asociado de introducción en la cadena trófica estos productos y la intoxicación secundaria y muerte de las especies que se alimentan de los conejos.
Es necesario desarrollar medidas de conservación en aquellos lugares donde las densidades son muy bajas mediante repoblaciones y manejo del hábitat. Las vacunaciones no siempre han dado la respuesta inmune que se esperaba, por lo que no es obligatoria su realización.